Universidad César Vallejo - Perú (Lima)
Carrera: Derecho -IV Ciclo
Hay tantas cosas de qué hablar y escribir, en verdad sé que son muchas; sin embargo caigo en la incertidumbre de saber qué tema podría ser tan importante para ganar la atención de algún lector, qué tema agradaría a un universitario en acción.
Quizá sería uno que hable de los problemas más comunes en la sociedad (sé que hay muchos estudiantes que demuestran su habilidad crítica al respecto) o quizá algún tema de la formación profesional (pero pienso que ello es muy común).
Estoy segura que en algún momento se han encontrado inmersos en la inseguridad y lo más probable es que hayan optado por la mejor decisión; pero confieso que eso a menudo me es difícil y creo saber de muchas personas que como yo, ante algún problema no saben qué hacer o qué no hacer para poder solucionarlo de la mejor manera.
No obstante, estoy segura también que esta inseguridad conlleva muchas veces al anhelado perfeccionismo (si lo sabes utilizar): hay veces en que para realizar un trabajo de investigación uno sienta inseguridad desde que decide hacerlo hasta que no quiere o no puede acabarlo, inseguro porque de repente su introducción o presentación del tema no es la adecuada, porque piensa que ha puesto mucha doctrina y no ha llegado hacer mejor sus conclusiones , porque cree que debe utilizar un mejor lenguaje y mayor concordancia o cuando quiere evitar cualquier tipo de error ortográfico, cambiar el tipo y color de letra, u otros casos tan extremos como el mío en los que aún no ha elegido su tema.
A lo que quiero llegar (y por fin he decidido cuál es el objetivo de este comentario) es que la inseguridad de la que hablo se refiere propiamente a la búsqueda de la perfección, uno debería ser inseguro para buscar algo positivo, no hablo de perder el tiempo, sino mas bien de invertirlo, de optar por lo más conveniente y productivo, no por lo más fácil y menos cansado; al contrario cuando hay momentos difíciles e importantes en la vida, las alternativas que conllevan a la inseguridad, deben ser tan parecidas como para inteligentemente poder distinguir entre ellas a la que mejor, a la que por fin se crea que es la más segura.
De ello, diría que no por gusto uno debe sentirse inseguro, salvo en los casos que realmente son más importantes y difíciles, y en mi poca experiencia de vida he notado que las decisiones más importantes las he tomado desde que ingresé a la universidad. Uno de ellos por supuesto fue el de elegir mi carrera, opté por lo que creo es lo más conveniente para mí, dejando de lado otras cosas que fueron difíciles de renunciar; pero decidí bien y eso me llena de orgullo.
La universidad es uno de los lugares en que la persona madura más rápido de lo que se imagina, aprende a ser más responsable, aprende a comunicarse más fácilmente, a captar con mayor precisión la información recibida, a desarrollar rápidamente la habilidad de la crítica (constructiva), puede que hasta algunos aprendan también a elegir sus amistades.
Lo cierto es que ante las inseguridades, uno debe estar alerta, debe darse cuenta que tomar la mejor decisión va a marcar un paso importante; inseguridad no debe significar pérdida de tiempo o miedo a equivocarse, eso sería la parte negativa. Tomando como ejemplo el caso anterior: no debemos pensar que perdemos nuestro tiempo al elegir la carrera universitaria que más nos convenga, éste es un motivo que merece importancia por la innegable trascendencia que va a tener en nuestra vida tanto en el desempeño laboral que tengamos, como la formación personal, en cambio, sí perderíamos nuestro valioso tiempo si no pensáramos ello; poder elegir producto de esta inseguridad es poder conocernos a nosotros mismos; tampoco tendríamos que tener miedo al elegir o decidir, porque de algunas carreras que podamos tener en mente, ellas deberían ser producto de nuestros mejores intereses y cuando optemos sólo por una es porque logramos identificar con mayor precisión lo que queríamos. El detalle está en ser detallista, encontrar la parte positiva de la inseguridad de la que hablo.
Así, como este ejemplo, seguro que se les puede ocurrir más, pero tengamos siempre actitudes y aptitudes positivas, tratemos de sacar provecho del lado positivo de las cosas, aún de nuestros propios “defectos”. Claro está que sería imposible llegar al perfeccionismo antes hablado, pero intentarlo fortalece al ser humano, permite conocerse más y saber hasta dónde puede llegar.
Sólo miren este texto, no sabía cual era mi meta, pero al relatar sentí muchas ganas de seguir escribiendo con mayor precisión lo que quería, la continuación de ello sería producto de la imaginación y de muchas otras inseguridades…