sábado, 5 de enero de 2008

* No hay navidad sin sentido ni regalo sin motivo

El niño de la camiseta deportiva piensa: Ojalá nos hayan traido algo estos m....

El último domingo 16 del año que pasó, tuvo como primer episodio a un reducido grupo de estudiantes de la facultad de Derecho en el frontis de la UCV Lima Norte. Eran aproximadamente las 6:40 am para un viaje que estaba programado a las 7:00 am y que por razones que todos sabemos y no, terminó efectuándose una hora mas tarde, hasta un poco mas.

8:10 am, los primeros en llegar ya se habían encargado de subir al bus de la Universidad las bolsas de bizcochos y otros regalos que se tenían preparado para los carita sucia de una incierta pero imaginada zona de Huaral. Ya para esta hora el grupo había cambiado su condición de desapercibido a conciderable a pesar de seguir siendo pocos.

Fue así que partieron un total un total de casi 60 alumnos tanto de I, II, III y IV Ciclo. Sin nada en sus barrigas pero repletos de ganas y un entusiasmo de hierro en sus corazones y morrales se enrumbaron decididos a llevar un poco de alegría a los hijos inmortales de las derrotas, de los traumas, del olvido, de la resignación.

En suma, de la asimetría social.

El viaje fue como todos los viajes donde se sabe se va por un acto altruista, solidario y humano. Unos cantaban lo mejor que se sabían mientras algunos dormían lo que podían, al mismo tiempo otros pocos leían de quien sabe que con las misma tenacidad que los jodidos jodían sin porqué, siempre marcando de reojo a los preocupados por vivir como observaban con ternura sus musarañas entre las dos inmensidades planteadas en plena carretera: el mar y el cielo.

Cuando el asfalto se despedía con sus primeros desniveles hechos del paso de bestia y carreta, el verde de Huaral se convertía paulatinamente en un pueblo cubierto de polvo y olvido.

Lo rudo y estrecho del camino parecía haber desafiado a nuestro burrito de la UCV, quien de manos del conductor no solo su pericia demostró, sino que nos llevó ilesos al lugar, burlándose de las pruebas de rigor en la cuerda floja y catapultándose como amo y señor de las artimañas en motor y hasta monociclo.

10:30 am, desde sus puertas de cartón y estera nos observan sorprendidos y entusiasmados, pero eso si, muy cuidadosos.
Nuestro profesor, el abogado, policía, bromista habitual y sobretodo buen amigo Jesús Minaya bajó del bus y coordinó de inmediato con la dirigencia de la zona nuestra razón de estar ese domingo 16 que adelantamos la navidad. Entonces los precarios altavoces, chillones y gagos desde los tiempos en que un mochilero loco llegó hasta Huando y conmovido por lo brutal de la pobreza les obsequió, según me contaba un dirigente de la zona que a su vez daba el aviso: Vecinos nos han visitado los estudiantes de la Universidad César vallejo de Lima , manden a sus hijos que habrá chocolatada y sorpresas para sus niños. Fue así que empezaron a llegar los hijos de todos y de nadie, el puñado de rostros de toda edad parecían ser uno solo pues todos eran como niños, todos compartían la misma piel forjada en el trabajo a pleno sol y sus contexturas físicas era la del hambre a punto de ser TBC, eran como sobrevivientes de una guerra. Una amiga aseguraba que esto ya no era cosa de esperanzas, alegría, chocolatadas y hasta dinero, sino un poco de color dado que estas personas viven su mundo perdidos dentro de una fotografía en blanco y negro arrancada de las entrañas de la miseria humana.
La chocolatada hasta el momento había sido todo un éxito, se cubrió con todos los niños, padres, madres, gente que solo pasaba y hasta un perrito que al detectar a su dueño dándole de su misma taza, se procedió a servirle en un plato aparte. El niño nos daba una primera gran lección: SEREMOS POBRES PERO NO MISERABLES.

Nuestro compañero y amigo César Villareal se encargó de brindar una charla informativa-preventiva-jurídica de los efectos de la violencia familiar a los padres de familia y personas adultas que se dieron cita por propia voluntad al local comunal de Huando, mostrando en su aparente timidez su alto grado de interés, deseos de aprender y estar informados. Mientras esto sucedía una delegación de compañeros de I, II, III y IV Ciclo iban realizando un show infantil de lo mas festivo y de alta convocatoria no solo por los niños sino por todos los estudiantes que fuimos en busca de los ellos y pasando por alto el tan temido sol huaralino en pleno mediodía estuvimos animando en todo momento, hasta nuestro conductor que contagiado del espíritu de solidaridad que nos reunía, bajó del bus y participó echando urras a las barras.

La popular, mejor persona y siempre atenta Sra. Wong había llevado una sorpresa especial de su parte para los chicos de Huando, un bolsón de pelotas que se regaló entre los niños ganadores de los múltiples juegos que se llevaron acabo. Que mas se podía pedir los niños estaban riendo, bailaban, jugaban, nos abrazaban, algunos hasta se veían en ellos porque quizá no todas las sonrisas tuvieron. Y ERAMOS FELICES, ELLOS ERAN FELICES.

Les estábamos dando color. Solo hasta ese instante recién entendí lo que quiso decir mi amiga y el trasfondo del mensaje del niño que compartía su taza con su perro. Me sentí indefenso y preguntándome para mis adentros -¿Qué somos todos en realidad ?- sino mas que hermanos de suerte y miseria al final.

El gran Larragán se hizo de los aplausos y las palizas de los niños al disfrazarse de un perrito dálmata, todos sea por los niños se le escuchó decir al ponerse la cabeza de can y así permaneció por espacio de hora y media , a quien de cuando en cuando tenía que auxiliarle con toallas para evacuar los litros de sudor concebidos bajo sus telas sintéticas de esponja y peluche que lo cubrían, su sacrificio quizá el mejor regalo de precio un castigo que pagó sin queja. Por su parte las niñas estuvieron a la par de los niños en los juegos realizados cierto es también que las chicas de IV ciclo dieron su ayudadita para que esto sea así. Por momentos el aire soplaba fuerte y el polvo quería desaparecernos hasta volvernos fantasmas, pero no pudo. Ya éramos un solo cuerpo con una idea bien clara: JUNTOS NOS MANTENEMOS DE PIE, DIVIDIDOS NOS CAEMOS.

Fue así como se desarrolló el programa a seguir dentro de nuestra misión motivo del viaje, que por lo sentido en ese momento solo quedó en una hoja técnica e inútil porque todo fue natural y espontáneo, como la sonrisa que no dibuja el rostro sino la que pinta el corazón y ese beso que no es cuestión de labios cuando quien lo entrega lo hace con amor.
Ya con el sol vencido y otros vencidos por él , nos fuimos despidiendo de los niños como se despiden los niños cuando están en sus idus: SIN GANAS DE IRNOS, pero con la gran satisfacción y paz espiritual de saber que no fue en vano y que nada es todo cuando cada todo de nada se entrega con el alma.


Son pocos pero son” diría el perseguido César Vallejo o con un sencillito y poderoso
Si un día debes amar
la preferencia te pido
que un corazón mas rendido
jamás podrás encontrar, replicaría el sufrido Mariano Melgar. Y tras la ventana del bus que nos lleva casa el silencio suena en reflexiones ¿dejamos la esperanza sembrada en aquellas criaturas o solo le jugamos una trampa a la fe?. Tengo mi propia respuesta y a nombre de esos niños y niñas, madres y padres sumidos en la seguridad que algo estan pagando, quisiera estar equivocado. Mientras tanto de lado nuestro cruza un niño que no estuvo, regresa con sus vacas también flacas de hambre de angustia y de pena.

Sin embargo la esperanza existe en chicas como Mariel, la estudiante de I ciclo de Derecho que conocí en el viaje y, consecuente a sus deseos de ayudar y espíritu solidario que son motor rector y punto cero de todo aspirante a operador del Derecho en la búsqueda no solo de justicia jurídica y la del régimen político estatuido por la ley sino sobremanera el de la JUSTICIA SOCIAL que es finalmente el estado mayor y paradigma histórico del Derecho y la labor del abogado, estuvo presente dejando claro que los jóvenes y los universitarios estamos en acción.

Jefferzon Aliaga UCV-Lima






1 comentario:

JAQUELINE dijo...

Es muy cierto que la realidad es dura, hipócrita y todos los demás adjetivos calificativos desagradables que merece, pero creo que lo que el hombre crea puede destruir, ello es logrado con un espíritu solidario como el vuestro, quizá el momento más breve que tuvieron en ese instante con aquella realidad fue el momento que esperaban esos niños, su recompensa a la supervivencia y a la culpa que no tienen de vivir en esas condiciones. Sin emabargo, ver esecenarios como el niño que comparte lo que recibió con un ser inferior a él, seguro que acarrea sentimientos y emociones que no se pueden evitar, no es ya una recompensa de su supervivencia es dar las gracias por vivir, porque la vida le va enseñando en su corta experiencia a ser un verdadero ser humano. Mientras todos estemos en plena facultad de nuestras capacidades, podremos hacer mucho, al que más lo necesite y al que no también, al fin y al cabo sociedad somos todos y siempre hay algo que hacer por otros y el que no se siente satisfecho por ayudar a otro y no haber dado un instante de felicidad más, no ha sentido jamás su corazón. Dar sin recibir no es una sustracción de lo que se tiene, todo lo contrario, porque si fuera así personajes tan históricos como la Madre Teresa no se hubieran ganado adicionalmente todo lo que hasta hoy han recibido, un reconocimiento mundial y por lo tanto una vida inmortal, ya lo había dicho algún día Miguel de Cervantes: los hombres pasan, las obras quedan. Y QUEDAN EN NOSOTROS MISMOS, EN LA VIDA DE LOS AGRADECIDOS Y EN LA HISTORIA QUE JAMÁS MORIRÁ.